viernes, 7 de febrero de 2014

● Capitulo 32


-Narras tú-

-Narras tú-

Déjame sentirte de nuevo..." La aterciopelada y seductora voz de Justin se filtró a través de mis pensamientos.

No tenía idea de lo que estaba pasando ahora mismo. Tengo que apretar mis ojos y después abrirlos para asegurarme de lo que estaba viviendo. Hace unas semanas atrás, estaba convencida de que Justin jamás, ni siquiera diera el primer paso de invitarme a salir. Y ahora estoy en medio del "paraíso" por así decirlo. Diciéndome que me secuestrara en un lugar inventado jamás. ¿Que pudo haber pasado para que todo esto pasara? ¿Si fue el destino el que quiso que todo fuera así? Y si todo terminará mal y quedaré más lastimada que el principio de saber que Justin, para el no existía. Es tan increíble como las cosas llegan a suceder en tan poco tiempo. Y el me ha hecho sentir demasiadas cosas en menos de una semana. Déjame decirte algo que acabo de descubrir de Justin. Este último beso fue diferente, tan diferente que pensé que a quien no estaba besando era Justin. Pero luego abrí mis ojos un segundo y el estaba allí. Si algo que note, fue un beso sincero. Un beso único, único de él, como si nunca hubiera sacado en toda su vida esa furia que tiene muy en el fondo y solo lo quiso sacar conmigo por primera vez. Lamentablemente nunca lo sabre. Lamentablemente nunca sabre que fue lo que él sintió ese momento.



Caminando de regreso al estacionamiento, intento estar lo más normal posible, después de este encuentro tan potente que acabó de tener mis labios. No soy capas de mirar por ahora a Justin.
Me limito a mirar cualquier cosa. Solo mirando mis pies al caminar y regresar sin importar lo que pase después. Pronto siento una chispa al sentir contacto con la mano de Justin en mi espalda.
-Muero de hambre. ¿Tú no? –Pregunta.
-Demasiada...
-Entonces apresurarnos. Y espero que los chicos dejen algo de comer en el refrigerador. Ryan, suele comerse todo lo que hay ¡y no deja nada!
-Aún siguen peleados ustedes ¿no?
-Lo había olvidado. Como también he olvidado que tengo su camioneta. –El sol ya quiere ocultarse.

Miro hacia el fondo, a la dirección que estábamos antes y puedo ver el sol como quiere ocultarse atravez de los cerros... un color que da un resplandor increíble. Como el cielo se vuelve azul oscuro muy arriba, combinándose con los colores cálidos y rojizos del sol. Haciendo un hermosa luz en Justin... se aprecia filtrándose en su piel blanca y tersa. El nota que lo estoy mirando y después voltea hacia a mí con una sonrisa pequeña de lado. Esbozo una sonrisa tímida y sigo caminando a su lado.
Su cabello dorado me llena de todo, me hace dar cuenta que el existe y estoy con él.

-Huele a churros -¿Que? –pregunto confundida. Parece que olfatea el aire y después miramos al rededor de donde se supone que llega ese olor. Huele a algo que se dora y algo dulce pero realmente no tengo idea de como es el aroma de los churros? Hay una pequeña reunión de personas en aquella mesita.
-Ven, ¿quieres uno? –Yo asiento con la cabeza y Justin toma mi mano para llevarme hasta haya.
Hay muchos niños pidiendo uno. Y Justin sigue sin soltar mi mano, no cabe duda que podré sonrojarme nuevamente. Los niños nos miran a nosotros alzando sus rostros, como si fuéramos los únicos altos de aquí y ellos solo pequeños.
-Me da dos. –Justin pide dos para nosotros. La señora que esta con un mandil blanco, toma como una maquina lo aprieta en su cuerpo y llevarlo a un cazo enorme de aceite haciendo que salgan tripas de una masita blanca depositandolo en círculos. Huele realmente bien.

Cuando están fritos, ella los saca con un palo metálico hasta dejarlos en una charola lleno de azúcar. Huele deliciosamente bien... esperen, yo he visto eso, ¡churros! Claro... mi abuela nos traía de México cuando ella viajaba allá. Ella dijo que es un postre mexicano frito. Creo recordar el sabor. Tenia unos 6 años cuando ella nos trajo.
-Oh si... churros –Digo recordándolo completamente
-Los haz probado, son deliciosos. –Justin sigue sin soltar mi mano y esto me hace sentir jodida mente afortunada.
Me pregunto como los ha probado, digo... en usa no hay a menudo postres típicos mexicanos.

La señora nos da un churro largo y calentito en una servilleta y bolsa de papel café.
Al retirarnos para acercarnos a la camioneta, Justin saca las llaves de la Jeep, no antes de darle un buen mordisco a su churro, yo solo espero por que este postre y azucarado esta muy caliente. El hace un sonido de satisfacción al probarlo.
-Que... ¿No lo quieres?
-Si, solo espero que se ponga frio.
-¿bromeas? Comerlo caliente es delicioso. –Saco el churro del papel para que se ponga aunque sea un poco más tibio. Sujeto el churro de las dos puntas horizontalmente y le doy un mordisco en el centro. Al morderlo es crujiente y suave a la vez. Justin se agarra a carcajadas, pero sin exagerar.
-¿Que? –frunzo el ceño. El vuelve a burlarse.
-No se supone que se tenga que comer así. –Se ríe junto con una sonrisa que me derrite. -En primera por que es mas fácil así –Endereza mi churro verticalmente lo acerca a mi boca haciendo tocar mis labios, abro mi boca y le doy un mordisco en la punta. Mmm sabe tan bien.
-¿Lo vez? Y segunda por que después tendrás un gran bigote.
-¿Bigote?
-Un mostacho azucarado, como el que tienes ahora. –Abro mis ojos como platos, toco un poco la comisura de mis labios y siento demasiada azúcar en las dos partes. Tomo mi servilleta para limpiarme rápidamente antes de hacer más el ridículo frente de él. Siento mis mejillas ponerse calientes de la vergüenza. No, no, eres una idiota _____.
Cuando estoy apunto de llevar la servilleta a mi boca, Justin me la quita.

-Yo te ayudo. –El se acerca lentamente a mi, y yo me quedo quieta, completamente quieta.
Acariciándome con sus dedos mi mejilla para acercarme más a el, su otra mano sujeta la servilleta, y Justin mira potentemente en mis labios, no se si mira la azúcar o mi boca. Se acerca más y más junto con su mano y la servilleta, hasta aplastarlo suavemente en la comisura de mi labio derecho. Lo limpia lentamente, y yo sigo quieta. Mira mis ojos un par de segundos para, yo creo que para saber si no me molesta o algo, es muy observatorio en esto. Si algo me molesta para, pero el continua, y lo hace lento, tan lento que pareciera minutos, se apega más a mi. Ahora espero que limpie la otra parte de mi comisura izquierda. Esperando a que la servilleta llegue allí, pero no lo hace.
-Tengo una mejor idea, si me lo permites. –Susurra mirándome a los ojos. Yo le respondo con la mirada. Oh cielos ¿que hace?

El me toma con sus ambas manos mi rostro, y sus labios se acercan a mis labios, se acerca, un poco más, ya se acerca, ya esta a milímetros de mi boca, puedo sentir su aliento en mi boca, puedo sentir el calor, lo tibio de su respiración en mi.
Por un segundo pensé que me besaría, pero no es así. Sus labios están humanos, y se aplastan en la comisura izquierda y azucarada de mi boca. No los despega. Sus labios están allí, y después mueve su boca como si quisiera chuparlo, pero no lo hace, solo mueve sus labios, al principio sentí que solo estaba embarrando más la cosa, pero el esta saboreando de azúcar, para después correr sus labios sin despegarse de mi, hasta llegar a mis labios, haciendo que el azúcar quede en mi boca también, puedo saborear el azúcar en mis labios. En sus labios, abro mi boca un poco. La punta de su lengua esta en la entrada, entonces le doy acceso, permitiendo le que lo haga. Su lengua se introduce dentro de mi boca, tan lentamente, tan despacito que puedo saborear lo dulce ahora mismo. Ahora el jugueteo de su lengua se apodera de mi, pero tan suavemente que puedo disfrutarlo. Mis manos tocan su espalda y se presionan en el... después.

-¡Carajo! De nuevo ustedes dos. ¡Aún lado! Vallase a un Motel, Y déjenme sacar mi automóvil. –Justin se despega rápidamente de mi, para mirar a la señora, justo la misma señora del principio, cuando dijo que esto no era un burdel. Nuevamente aprieto mis labios en una sola linea queriendo explotar de la risa a morir. Sin esperarlo, Justin no aguantó la risa para dejar visibilidad con esa enorme sonrisa mientras sus ojos se cierran, disfruto al mirarlo, que no falta que su sonrisa me contagie también. Ahora la pena me invade jalando a Justin para acercarlo a nuestra camioneta y dejar salir a la señora.
¿Un motel? Vuelvo a reír.

Estando ambos en la camioneta, Justin arranca para después salir del estacionamiento, y regresar a casa, bueno, cabaña, la vedad que este día fue muy largo, y a la vez corto, por que a su lado el tiempo pasa volando. Días como estos son los que quisiera siempre, y que se repitan, es un día que nunca olvidaré.
Miro a Justin disimuladamente en el retrovisor y sus ojos profundos y cafés están concentrados en el camino, entrecierra los ojos, al filtrarse el sol de la atardecer hacia nosotros calando la vista, pero cada minuto que casa, es menor.

Está comenzando a helar, no me extraña que Justin baje su ventana y entre todo el aire frio, no me molesta.
Quiero decir algo ¿pero que? Si digo algo tonto, o algo que le pueda molestar, el es difícil casi la mayoría de las veces.

-Gracias... –Digo. Creo que es lo primero que se me ocurrió decir, aparte de que estoy agradecida por todo lo que ha hecho, aun sigo preguntándome que le ha hecho hacer esto.... quiero saberlo, saber lo que siente cuando esta conmigo, o por que hace todo esto por mi.
-No hay de que agradecer, _____. –Dice bajo y sin ganas. Acelera, mete velocidades, y con su mano derecha sujeta el volante, se ve tan... no lo sé por primera vez diré esto, pero se ve tan violable... sonrió, y después volteo hacia la ventana para que no note mi risita.
-¿De que te ríes? –Pregunta. Joder...
-No, nada... solo recorde algo que me dijo Nicole en la preparatoria, nada importante. –Esperando a que me insista que es, pero no lo hace. Lo cual se me hace extraño, siempre insiste que le diga todo, ahora se queda callado.

Justin abre la guantera y busca algo, mientras mira al camino para no salirse de control. Hasta sacar unos lentes oscuros. Todos negros, aún el sol está de frente en nosotros.
Justin se los pone y oh... no lo mires, no lo mires. Cierra la guantera con fuerza, como si estuviera enojado, pero nah, no lo creo.
Se vuelve a concentrar en el camino, y de nuevo intento verlo en el retrovisor solo unos segundos, tengo miedo de que pueda mirarme, ahora sus ojos no se pueden ver, y no tengo ni la menor idea si me está mirando ahora mismo.
Justin lame su labio inferior, oh no otra vez ¿Por que tiene la maña de hacer eso?

Reposa su brazo en la ventana y su mano derecha en el volante, con un solo numero de velocidad. Estoy viendo al Justin mismo de siempre, a ese mismo chico que veo en la preparatoria cada mañana, su mirada seria, su mandíbula muy marcada y sin ningún rastro de emoción. Ese Justin al que todas la chicas mueren por el, mueren por que él les diga un hola y todas se derriten por ello.

Con sus lentes, realmente guapo.

El silencio esta peor de lo que creí, un silencio incomodo, y ahora solo reposo mi cabeza en la ventana y cierro mis ojos. Pero el camino hace mover mucho mi cabeza así que vuelvo a enderezarme

Justin saca una memoria USB de una caja de abajo, y lo conecta al estero. Música, oh bueno.
En cuanto carga, se reproduce las canciones. Vamos a ver que te gusta Justin, primero suena un chico, cuyo nombre no sé, y no lo había escuchado, su voz es hermosa, y aterciopelada. Habla de un amor que no se puede tener, pero quiere tenerlo en su lado, habla de pedir disculpas por algo que hizo, que se arrepiente, quiere remediarlo, que cada día pierde la fuerza de volver a recuperarla. Que bonita canción, me pregunto quien la cantará.
Antes de que termine la canción Justin cambia y cambia de canción, hasta dejar la seleccionada. Oh Michael Jackson. Se escucha “Remember The Time”
Justin sube el volumen, y solo parece escucharla. Me gusta la canción. Yo sé que a Justin le gusta MJ, eso no se puede negar.

El vuelve a cambiar de canción antes de que termine, y mis oídos escuchan “BAD” también de MJ. Pero no tarda en cambiar de canción.
-Deja esa... –Suplico.
-¿BAD?
-Si, esa canción me gusta. –Justin presiona hacia atrás y comienza BAD. Es unas de mis favoritas.
-No imaginé que te gustaba MJ.
-¿Por que no? Todo mundo lo conoce, a demás de que sus canciones son buenas. ¿Es tu ídolo? –Pregunto para asegurarme de que sí.
-Sí, lo es. Lo escucho desde que era muy pequeño. –Comienzo a tararear la canción.
-El tuyo es Bruno Mars ¿cierto? –Que...? como es que lo sabe... santa vaca.
-¿Como lo sabes? –Justin me mira una fracción de segundos y no dice nada.
-Mmm.. pude imaginarlo.
-Tu siempre imaginas cosas, no creo que lo hayas adivinado.
-¿te puedo hacer una pregunta?
-La que quieras.
-¿Cual fue tu deseo el día de la estrella fugaz? –Me quedo mirando a Justin con cada de ¿En serio?
-¡No me cambies de tema! –Me molesto, pero a la vez me quiero reír. Doy un pequeño golpe en su brazo.
-Siempre me he quedado con la maldita duda desde ese día. –Oh... no lo creo. Justin sintiendo algo así... y que venga parte de mi, no quiero decírselo, es algo muy personal mio, ni siquiera a Nicole le he dicho.
-¿Como sabes que me gusta Bruno Mars?
-Esa no es la pregunta que te dije.
-Me cambiaste de tema –Frunzo el ceño, valla que divertido.
-¿Me dirás que pediste de deseo?
-¡No!
-Entonces no te lo diré –Justin se ríe leve.
-Oh cielos. –Cruzo mis brazos.
-De acuerdo, de acuerdo babe.
-No me digas babe...
-¿Así eres siempre?
-Como...
-Te molestas de todo. Eso me irrita. No lo soporto... –¿Que ha dicho? Prefiero ya no decir nada, el señor Bieber, siempre me desespera, es imposible no reírme dentro de mi.
-Y cuando ya no sabes que decir, simple. Te quedas callada –El me está mirando por el retrovisor y me guiña el ojo. Y yo solo le entrecierro los ojos. No hace falta esperar que se lame su labio inferior nuevamente. Yo solo volteo hacia la ventana.
Justin se ríe.
-Valla ahora quien se ríe.
-Sé que te gusta que haga eso.
-Haha no me hagas reír, para nada.
-¿Para nada? –Justin afrenta de golpe, haciéndome que me detenga de donde pueda, parando la camioneta por completo en medio de la carretera! ¡PERO QUE JODIDOS HACE!
Justin baja de la camioneta tan lento y campante mente, como si nada pasara, con su rostro alzado, y su ego subido de nivel, el rodea la camioneta para después abrir mi puerta. Que mierda esta haciendo, y en medio de la camioneta.
-Baja.
-¡¿Estas loco?! –Miro hacia atrás para asegurarme de que ningún automóvil venga.
-Baja del auto.

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